El análisis de la
intensidad de la limpieza política registrada en Navarra en la
guerra civil por municipios permite otra visualización de la
geografía de la misma, sobre todo al comprobarse que las
apreciaciones sobre base comarcal se matizan un tanto porque, dentro
de cada comarca, hubieron determinados pueblos que concentraron
niveles mucho más altos que otros. Eso ocurre en Sakana con Alsasua,
Ciordia y Olazagutía y también en la zona de la Ribera con los
pueblos limítrofes con la Rioja, con una serie de pueblos situados
al norte de las Bardenas y con varios pueblos del curso medio del
Arga (Larraga, Berbinzana, Funes), a los que cabría unir Allo.
A través de una primera
aproximación mediante las tasas de asesinados por cada mil
habitantes de la Ribera, Sartaguda, localidad conocida como El Pueblo
de las Viudas, aparece de forma destacada como el pueblo mártir por
excelencia, con una tasa de 67,6 asesinados por cada mil habitantes,
muy por encima del grupo de tres localidades que también
sobrepasaron los 30 asesinados, Cárcar (33,1), Lodosa (31,7) y
Mendavia (30,1), las tres localizadas en la misma comarca que
aquélla, en la Ribera Occidental. En otras tres localidades (Funes,
Azagra y Milagro, las dos primeras también englobadas dentro de
aquélla, y la tercera en la colindante Ribera Central) hemos
estimado niveles situados entre los 25 y los 30 asesinados, y en
otras cuatro (Ribaforada, Peralta, San Adrián y Cadreita) los
resultados se sitúan entre los 20 y los 25. Con todo, son los
pueblos en los que el número de personas que perdieron la vida en
manos de los sublevados se ubica entre los 15 y los 20 los casos más
habituales: 15 localidades se encuentran en esos parámetros. Para
finalizar, entre los 10 y los 15 asesinados hemos contabilizado 6
municipios; entre los 5 y los 10, se incluyen 7; y por debajo de los
5, 4.
A pesar de su
significatividad inmediata, la aproximación anterior a las
dimensiones de la represión franquista en la Ribera, fundamentada en
las cifras de asesinados por cada mil habitantes, no es ni mucho
menos perfecta. La razón es la de que el indicador utilizado no
tiene en cuenta el mayor o menor volumen de población directamente
represaliable existente en los diferentes pueblos. Es decir, se
refiere a la población en general y no tiene en cuenta la mayor o
menor presencia de gente de izquierda que era sobre la que cayó la
violencia purificadora y extrema de carlistas y falangistas. Como
quiera que la proporción de gentes de izquierda variaba bastante
según los pueblos, ese indicador peca de una relativa tosquedad.
Si nos fijamos en las
cifras máximas de votos alcanzados en cada municipio por la
candidatura del Bloque de Derechas y por la candidatura del Frente
Popular en las elecciones de febrero de 1936, advertimos que
solamente en unos pocos pueblos ganó claramente la lista de la
izquierda a la de la derecha: Castejón, Sartaguda, Fontellas,
Mendavia, Santacara, Cadreita, Valtierra, Lodosa y Andosilla. En
Azagra, Cárcar y Tudela, por su parte, las dos listas contaron con
un número similar de apoyos.
Por el contrario, en los
demás pueblos de la Ribera las derechas superaron a las izquierdas.
En Murillo el Fruto, Cortes y Ribaforada las izquierdas estuvieron en
niveles en torno al 80/90 por ciento de las derechas. En San Adrián,
Miranda, Falces, Peralta, Arguedas, Caparroso, Mélida, Marcilla,
Milagro, Murillo el Cuende, Villafranca, Beire, Cintruénigo y
Monteagudo los votos de las izquierdas se situaron entre el 50 y el
75 por ciento del obtenido por el Bloque derechista. En Sesma,
Berbinzana, Larraga, Funes, Carcastillo, Olite, Pitillas, Buñuel,
Cabanillas, Cascante, Corella y Fitero los votos de las izquierdas se
situaban entre el 25 y el 50 por ciento de los del bloque constituído
por carlistas y cedistas. Para terminar, en otros pueblos la mayoría
de las derechas era mucho más abrumadora, siendo como mínimo cuatro
veces más sus votos. Los pueblos que estaban en esta situación eran
Allo, Dicastillo, Lerín, Mendigorría, Ablitas, Barillas, Fustiñana,
Murchante y Tulebras.
Bajo todo lo anterior, a
continuación presentamos una nueva medición de las dimensiones de
la limpieza política franquista en la Ribera en la guerra civil. Se
fundamenta en la proporción existente entre el número de hombres
asesinados de más de 23 años y el número de votantes al Frente
Popular. La razón de que nos fijemos en los asesinados de más de
aquella edad radica en que la mayoría de edad electoral estaba a
partir de aquel umbral. El motivo de que nos ciñamos a los hombres
tiene que ver con la circunstancia de que todos los asesinados, a
excepción de 34 mujeres, fueron de ese sexo.
Los pueblos en los que la
proporción de hombres asesinados de más de 23 años superó el 20
por ciento de los votantes frentepopulistas fueron Allo, Sartaguda,
Funes, Marcilla y Corella; los pueblos en los que se sitúa entre el
15 y el 20 por ciento fueron Dicastillo, Mendavia, Berbinzana y
Larraga; y los pueblos en los que superó el 10 por ciento, sin
llegar al 15 fueron Andosilla, Cárcar, Lodosa, San Adrián, Peralta,
Milagro, Olite, Buñuel y Fitero. Según este indicador, Sartaguda
(20,0) ya no ocupa el primer lugar sino que se coloca en la quinta
posición. Después de Allo (33,7), que ahora proporcionaría el
valor más alto, se situarían empatadas en la segunda posición
Marcilla (23,6) y Corella (23,6), ubicándose después, sólo con
unas décimas más que Sartaguda, Funes (20,3).
Con proporciones de entre
el 5 y el 10 por ciento figuran localidades como Azagra, Lerín,
Miranda, Cadreita, Murillo el Cuende, Beire, Caparroso, Mélida,
Pitillas, Santacara, Valtierra, Villafranca, Ablitas, Cabanillas,
Cortes, Fustiñana, Monteagudo, Ribaforada. Pueblos con niveles muy
bajos de represión, de entre el 0 y el 5 por ciento, fueron Sesma,
Falces, Arguedas, Carcastillo, Murillo el Fruto, Cascante, Castejón,
Cintruénigo, Murchante y Tudela. Para finalizar, localidades sin
asesinados serían Mendigorria, Barillas, Fontellas, Tulebras.
Con todo, si pensamos que
los votantes del Frente Popular se dividían a medias entre votantes
masculinos y femeninos, los datos son mucho más espectaculares. Bajo
el supuesto de que entre los votantes del Frente Popular habría un
número similar de votantes masculinos y de votantes femeninos,
multiplicando por dos la cifra resultante de aquella proporción
podríamos extraer el porcentaje hipotético de votantes masculinos
al Frente Popular que fueron asesinados. Así, en Sartaguda habrían
sido eliminados el 40 por ciento de los hombres votantes del Frente
Popular. Los porcentajes, en este sentido, en otros pueblos habrían
sido muy altos: Marcilla y Corella 47 por ciento; Funes, 41;
Mendabia, 32; Larraga, 32; Dicastillo, 31; Berbinzana, 31; Peralta,
26; San Adrian, 24; Milagro, 25; Andosilla, 24; Cárcar, 24; Buñuel,
22; Fitero, 23, etc.
Por lo tanto, en la
Ribera Estellesa habrían sido asesinados 1 de cada 4 hombres
votantes del Frente Popular, en la Ribera Central 1 de cada 6 y en la
Ribera Tudelana 1 de cada 8. Hablar de que fueron asesinados 1 de
cada cuatro votantes al Frente Popular, (o 1 de cada 6 o 1 de cada 8)
es hablar de auténticas limpiezas políticas en los que los
simpatizantes de las izquierdas fueron auténticamente masacrados.
Por otra parte, no hay que olvidar que, si desglosáramos los
asesinados y los votantes por cohortes generacionales (es decir, en
tramos de 20 a 29 años, 30 a 39 años, etc.), seguro que los
resultados serían todavía más elevados, infiriéndose de ahí casi
el exterminio prácticamente absoluto de algunas cohortes
generacionales de izquierdistas en algunos pueblos.
Desde otro punto de
vista, si cruzamos los pueblos según la relación entre los votos
obtenidos por el Frente Popular y por el Bloque de Derechas y según
la proporción de asesinados de más de 23 años sobre las de
votantes frentepopulistas comprobaremos que existió una gran
variabilidad. Hubo pueblos con mayoría de votos al Frente Popular
que registraron mucha represión (Sartaguda, Mendavia), pero también
se constatan localidades mayoritariamente de izquierdas en las que el
número de asesinados fue relativamente bajo como, por ejemplo,
Castejón o Fontellas. También se registraron casos de municipios en
los que los entre los relativamente pocos votantes al Frente Popular
se abatió una represión de grandes proporciones, caso de Allo,
Funes, Corella, Berbinzana, Larraga o Dicastillo.
Amigo Fernando: cada vez que editas uno de estos trabajos sobre la memoria me quedo alucinado, en primer lugar al comprobar mi ignorancia, en segundo lugar al comprobar como personas como tu nos iluminan el sendero de la memoria logrando que cada día tomemoos más conciencia de nuestra terrible historia.
ResponderEliminaránimo! vuestro rabajo nos hará más conscientes y responsables y nuestros hijos sabrán valorar vuestro esfuerzo. ¡aurrera! cuenta con mi simpatía y apoyo.
Hay que seguir trabajando y recordando y reivindicando.
ResponderEliminarQue todavía nos falta mucho